Cuando suben las temperaturas y llega el momento de retirar nuestras mantas a altillos, arcones y trasteros es también el momento de comprobar si han terminado bien la temporada y si servirán durante una temporada más. Podemos dejar la decisión para más adelante, pero las mantas seguirán en el mismo estado cuando llegue el otoño y volvamos a recuperarlas. Así que, si somos sinceros con nosotros mismos, y admitimos que necesitamos comprar mantas nuevas, ¿qué hacemos con las antiguas?
Aquí te presentamos varias ideas para que tus mantas viejas puedan hallar una segunda vida útil. En primer lugar, debemos determinar si las mantas están estropeadas o si simplemente nos hemos cansados de ellas.
En caso de que simplemente tengamos ganas de dar un aire nuevo a nuestro hogar, pero las mantas pueden siguen en buen estado, la opción más solidaria es ponerse en contacto con organizaciones no gubernamentales que trabajen con personas sin techo o en riesgo de exclusión social, albergues e incluso las autoridades locales, que suelen hacer acopio de prendas y tejidos de abrigo ante la bajada de temperaturas.
También podemos recurrir a la creatividad. Y, antes de comprar mantas nuevas, podemos emplear las antiguas para forrar asientos, lámparas, sofás, maceteros e incluso para que los pequeños y no tan pequeños de la casa puedan dejar volcar su imaginación para realizar divertidos collages o confeccionar prendas de ropa para sus juguetes. Una manera lúdica de dejar espacio en nuestros armarios y en nuestras camas antes de lanzarnos a comprar mantas.
Y si eres habilidoso con hilo y aguja, pueden resultar muy eficientes reconvertidas en ponchos para los meses más fríos del año o en estuches y bolsos para guardar nuestros efectos personales.
Si nuestro problema es que los tejidos han perdido el lustre y la utilidad es momento de pensar en nuestros amigos de cuatro patas. Reconvertir nuestras mantas viejas en mantas para mascotas es una opción interesante. Además, nos pueden servir para proteger nuestro coche o su rincón preferido de la casa. Cuanto más suaves sean las mantas, mejor se sentirán.
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